lunes, 9 de enero de 2012

LA PROPAGANDA

“La propaganda se convirtió en un instrumento bien definido, que utilizaba un método científico y ensayaba algún tipo de técnica objetiva. Sin embargo, Gran Bretaña no alcanzará esa etapa hasta el verano de 1918, al establecer en Grewe House un Departamento de Propaganda Enemiga. Los principales medios utilizados fueron panfletos, boletines, octavillas, periódicos, carteles y, esencialmente en América, películas y mítines públicos. Los principales objetivos de dicha propaganda, tanto en esa como en cualquier otra guerra, fueron: 1) movilizar y dirigir el odio al enemigo y minar su moral; 2) convencer al público de la legitimidad de la causa aliada y aumentar y mantener su espíritu de lucha; 3) conseguir la amistad de los neutrales y fortalecer la impresión de que no sólo tenían razón los Aliados, sino que además iban a alzarse con la victoria y, siempre que fuese posible, conseguir su apoyo activo y su cooperación ; 4) extender y fortalecer la amistad de las naciones aliadas. Cualesquiera que fuesen las técnicas empleadas por ambos bandos, la idea básica consistía en crear fuertes actitudes y sentimientos de pertenencia a nuestro grupo, y actitudes opuestas de odio al enemigo por constituir un peligroso grupo exterior (...).”
J.A.C. Brown. Técnicas de persecución. De la propaganda al lavado de cerebro.

CARTA DE UN SOLDADO: LOS HORRORES DE LA GUERRA


La fotografía muestra algunas ruinas de la ciudad de San Quintín durante la primera guerra mundial. Durante esos años, a través de innumerables cartas, el P. Dehon intenta mantenerse en contacto con sus cohermanos que están en la guerra, sobre todo para confortarles. Uno de esos cohermanos es el P. Paul Crépin (1893-1918), antiguo alumno de Saint Jeanet de San Clémen/Fayet y quien hizo su primera profesión en 1910 en Manage/Bélgica.
Su carta, a comienzos de Enero de 1918, es un documento impresionante y emocionante. Todo parece indicar que él se encuentra en Verdún, aunque no lo dice explícitamente: el símbolo de la guerra de las trincheras y de las posiciones, donde en la sola batalla de Julio hasta Diciembre de 1916 murieron más de 700.000 soldados.


28.1.1918
"Reverendísimo Padre :… su carta de Enero dándome su dirección me permite darle, por mi parte, algunas noticias. Me hubiese gustado haber podido hacerlo antes, pero en el ejército no se hace siempre lo que se quiere, hemos tenido que desplazarnos varias veces para llegar a tomar posesión de un sector famoso desde donde le escribo estas pocas líneas. A decir verdad, hay que tener ganas de escribir para hacerlo.
No encontramos aquí ninguna trinchera sino únicamente agujeros de obús llenos de agua, en un célebre bosque donde no queda nada más que algún que otro miserable tronco que los obuses no han querido arrancar. A nuestro alrededor nada más que devastación: no puedo descubrir más de dos metros que no hayan sido destrozados; cadáveres ya viejos que me siento en el deber de enterrar. No lejos de nosotros..... el alemán.
Todo eso me da pie a profundas reflexiones. Usted no conocería al joven tímido de antes! La guerra me ha cambiado mucho para hacerme el hombre de la situación: cada cosa en su tiempo. Por el momento, la guerra; si sufro a veces, es por culpa de la guerra, cuando tengo suerte, es también por la guerra. Es fatigoso, al fin, se entiende, pero tengo tal aversión a los alemanes que no les podré ver en adelante ni en pintura. Tengo la ocasión para ello en este momento, pero es para vengarme. Estoy contento de pertenecer a un cuerpo que no admite la fraternidad. Y estoy orgulloso de haber sido llamado, pues yo no lo he querido, a inculcar mis sentimientos a algunas decenas de camaradas. Yo no corro más riesgos por eso. La experiencia lo confirma, y además creo que estoy protegido de una manera particular.
La guerra también me ha hecho conocer la vida y lo que la vida es, en presencia de la muerte.
Fuera de esas pocas horas de meditación, olvido todo para alegrar un poco a mis camaradas. Es un bello apostolado después de más de tres años de guerra. Usted puede estar seguro que habré hecho mi deber.
Con lástima me despido, es el servicio quien me reclama! Pero ¿Cuándo podré volver a verle?


Cinco meses más tarde, en una de las últimas grandes batallas en el departamento de l'Aisne, a la edad de veinticinco años, cuatro meses antes de finalizar la guerra, Paul Crépin murió.

CARTA DE UN SOLDADO INGLÉS DESDE EL FRENTE

Harto de luchar en el frente, Laurie Rowlands, franco, escribió una carta a su amada Alice, en la que puso de manifiesto sus temores y la baja moral de sus compañeros. 
DL Rowlands, quien sirvió con el 15 Batallón de Infantería Ligera Durham, también describió su parte en la batalla de Brookseinde, en la tercera batalla de Ypres




                                                                                                              5 de febrero de 1918
Francia, por la noche.
Cariño mío:
Ahora, si no hay problemas, vas a saber todo acerca de lo que ocurre aquí. Sé que te llevarás una gran sorpresa cuando te llegue esta carta... ¡Si alguna autoridad la ve! (...)
Quizá te gustara saber como está el ánimo de los hombres aquí. Bien la verdad es que (y como te dije antes, me fusilarán si alguien de importancia pilla esta misiva) todo el mundo está totalmente harto y a ninguno le queda nada de lo que se conoce como patriotismo. A nadie le importa un rábano si Alemania tiene Alsacia, Bélgica o Francia. Lo único que quiere todo el mundo es acabar con esto de una vez e irse a casa. Esta es honestamente la verdad, y cualquiera que haya estado en los últimos meses te dirá lo mismo.
De hecho, y esto no es una exageración, la mayor esperanza de la gran mayoría de los hombres es que los disturbios y las protestas en casa obliguen al gobierno a acabar como sea. Ahora ya sabes el estado real de la situación.
Yo también puedo añadir que he perdido prácticamente todo el patriotismo que me quedaba, solo me queda el pensar en todos los que estáis allí, todos a los que amo y que confían en mí para que contribuya al esfuerzo necesario para vuestra seguridad y libertad. Esto es lo único que mantiene y me da fuerzas para aguantarlo. En cuanto a la religión, que Dios me perdone, no es algo que ocupe ni uno entre un millón de todos los pensamientos que ocupan las mentes de los hombres aquí.
Dios te bendiga cariño y a todos los que amo y me aman, porque sin su amor y confianza, desfallecería y fracasaría. Pero no te preocupes corazón mío porque continuaré hasta el final, sea bueno o malo (...)
Laurie

domingo, 8 de enero de 2012

Un mundo para recordarlo


En este blog se publicará información histórica, especialmente de la época victoriana, la Primera Guerra Mundial y los locos años 20, aunque también habrá información de otras épocas.
Espero que les sea útil y les guste.